miércoles, 24 de enero de 2018

Aquella tarde


Recordando aquella tarde,

el color y el olor

a tomillo y a infancia.

Me llevaste a conocer

el pais de las abejas.

Aún recuerdo la hierba

pajiza, y  el zumbido

alrededor. Y tus manos,

hermosas y nobles. Sabias.

Con amor me enseñaste

la santidad del trabajo.

La paz que nos llena

cuando declina la tarde,

y todo sigue en su sitio:

las primeras estrellas,

el olor de la leña,

el canto del cárabo,

la vuelta al hogar.

Creo recordar también,

aquella tarde, un violín.

Y el canto de las ranas.

Y el eco de tu voz.

Y aquella luz moribunda,

llevándoselo todo.




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